Empezamos Oporto con energía: Reyes Rite y su chute de motivación a cada una de las allí presentes. Intenso día y medio que nos hizo pararnos a pensar en nosotras y lo que queremos, en que de los errores, siempre se aprende y muchas más lecciones de vida de las que siempre estaremos agradecidas.
Solo una valiente se atrevería a guiar a más de 30 chic@s por una ciudad llena de cuestas y un tiempo cambiante. Estación de San Benito y emoción en el cuerpo. Ana Morgado, nuestra guía, consiguió mantener esa emoción inicial durante todo el trayecto por el empedrado Oporto: catedral, puente de hierro, azulejos, río Duero, tiendas monisimas, edificios llenos de vida y flores y algo de lluvia, para acompañar a este grupo.
Cómo si de verano azul se tratara, una hora en bici para llegar a las piscinas naturales de Matosinhos y un paisaje que “te quita el sentio”, con los nervios a flor de piel por defender a nuestra España. Y para terminar el día, concierto de inclusión social que nos dejó sin habla. Joe Santos consiguió revolvernos el corazón con su testimonio e impulsarnos a hacer lo que nos dice el corazón. Cómo meternos de lleno en la cultura porteña o cómo hacer azulejos en un taller de cerámica. Joana nos inyectó una buena dosis de ganas de conocer, con sus múltiples historias de viajes alrededor del mundo con solo 27 años en un sitio algo peculiar para cenar.
Marta Gayoso, nos dió la oportunidad de pensar en un proyecto para ponerlo en práctica “mañana” y ayudar a la sociedad. E Irene Valdivieso, organizó la deriva urbana que permitió que conociéramos un poquito más la ciudad de Oporto con un final lleno de risas, juerga, buena comida y sobre todo buena compañía y mucho arte.
Día de meterse de lleno en Porto con su característico vino en una bodega auténtica. Y para finalizar, gran cena con Fado incluido.